¿Qué es un tratamiento de conducto?
En este artículo vamos a explorar el tratamiento de conducto: de qué se trata, cómo se hace y por qué no hay que tenerle tanto miedo, como generalmente ocurre.
¡Bienvenidos! Vamos a desentrañar uno de los procedimientos más temidos (pero igualmente cruciales) del mundo de la odontología: el tratamiento de conducto. Aunque a veces esta práctica se asocia con ciertos mitos, lo cierto es que se trata de una herramienta valiosa para salvar dientes afectados y mantener una buena salud bucal. Ahora sí, exploremos todo lo que hay que saber sobre los tratamientos de conducto.
¿Qué es un tratamiento de conducto?
Antes que nada, aclaremos el misterio que cubre a este procedimiento: en qué consiste este procedimiento. También conocido como endodoncia, el tratamiento conducto es un proceso diseñado para tratar y salvar dientes cuya pulpa (el tejido interno) se ha visto afectada por infecciones, lesiones o caries profundas. El procedimiento trata de alcanzar dichas raíces, eliminar el contenido en mal estado, limpiar la cavidad y sellar el espacio.
¿Cómo sé que necesito hacer un tratamiento de conducto?
Los síntomas y signos más comunes son:
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Dolor dental intenso en la profundidad del diente.
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Sensibilidad al calor o al frío que dure más de 2 minutos.
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Cambio de color en en diente.
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Presencia de pus, compatible con infección.
¿Por qué es necesario hacer el tratamiento?
La pulpa dental, que contiene nervios y vasos sanguíneos, puede dañarse por diversas razones, como caries profundas, fracturas dentales o trauma. Cuando esto ocurre, el dolor puede volverse insoportable y, más importante aún, en el caso de que haya una infección, este método evita su propagación a otras partes de la boca, o incluso al cuerpo. Aquí es donde entra en juego el tratamiento de conducto: eliminar el daño y limpiar la cavidad, evitando complicaciones mayores, y recuperando así la pieza dentaria.
¿Cómo se hace un tratamiento de conducto? El proceso paso a paso
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Diagnóstico: el primer paso es determinar si el tratamiento de conducto es necesario. Esto se realiza a través de un examen dental, radiografías y evaluación de los síntomas del paciente.
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Anestesia: una vez detectada la necesidad de este tratamiento, se comienza el proceso propiamente dicho con la colocación de la anestesia local para garantizar que el paciente esté cómodo y libre de dolor durante el procedimiento.
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Acceso a la pulpa: una vez que la anestesia hace efecto, se empieza con el procedimiento con una pequeña abertura en la corona del diente para acceder a la pulpa dañada.
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Eliminación de la pulpa: entonces, se retira la pulpa afectada, se limpia la cavidad y se da forma a los conductos radiculares.
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Sellado: una vez limpio, se sella la cavidad con un material especial para prevenir futuras infecciones.
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Restauración: para fortalecer el diente y restablecer su funcionalidad, la restauración final dependerá de la cantidad de tejido remanente; se evaluará con el profesional cuál sería el método el adecuado (resinas, incrustación, corona, poste, entre otros).
Información a tener en cuenta
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¿Cuánto tarda este procedimiento? Un tratamiento de conducto puede tardar entre una y dos horas.
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¿Es necesaria alguna preparación? El profesional evaluará la necesidad de medicación previa (antibiótico y analgesico) luego del diagnóstico clínico y por imágenes.
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¿Cómo es la recuperación? La recuperación es sencilla. Después de la intervención, vas a poder volver a tu casa. Una vez que pase la anestesia local, podrás comer alimentos blandos y no pegajosos y debés seguir las indicaciones dadas por el profesional una vez finalizado el tratamiento.
Mitos desmitificados
Muchas veces, la mera mención del nombre de este procedimiento invoca miedos. Pero, ¿cuánto de este temor es realmente fundamentado y cuánto es el resultado de mitos que han crecido como enredaderas en torno a la verdad? A continuación exploramos algunas de estas leyendas:
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"Los tratamientos de conducto son extremadamente dolorosos". ¡Falso! Gracias a la anestesia moderna es más una molestia por el tiempo que demanda el tratamiento.
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"Es mejor extraer el diente que someterse a un tratamiento de conducto" ¡Falso! De ser posible conservar el diente natural siempre es preferible, ya que ayuda a mantener la estructura oral y la funcionalidad. Incluso, un tratamiento de conducto es recomendable económicamente.
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"El tratamiento de conducto causa enfermedades". ¡Falso! Los tratamientos de conducto, realizados correctamente, no causan enfermedades. Más bien, ayudan a prevenirlas al eliminar las infecciones.
¿Tenés que hacer una consulta por un dolor de muela?
El tratamiento de conducto es un héroe dental que salva dientes y sonrisas. No hay que temerle: abrazá la oportunidad de preservar la salud bucal. Si tenés molestia en una muela, te recomendamos que hagas una consulta odontológica.
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