El flúor en la pasta dental: un aliado esencial para tu sonrisa

El uso del flúor como parte de la rutina de higiene bucal está muy bien establecido, y resulta clave a la hora de prevenir la aparición de caries.

Aunque el flúor es a veces señalado como un posible enemigo de la salud por algunos mitos que circulan en internet, lo cierto es que su presencia en la pasta dental es clave para la prevención de las caries. ¿Por qué es tan importante? ¿Cuándo puede ser recomendable optar por una alternativa sin flúor? Vamos a despejar dudas y desmitificar este tema tan relevante para el cuidado bucal.

¿Por qué el flúor es tan importante?

El flúor es un mineral que fortalece el esmalte dental y lo hace más resistente a los ácidos que producen las bacterias en la boca. Cuando consumimos alimentos y bebidas, especialmente aquellos ricos en azúcares y carbohidratos, las bacterias presentes en la placa dental los descomponen y generan ácidos que desgastan el esmalte, dando paso a las caries. El flúor ayuda a remineralizar el esmalte y evita que el proceso de desmineralización avance, lo que lo convierte en un aliado fundamental para la salud bucal.

Las principales asociaciones odontológicas del mundo recomiendan el uso de pastas dentales con flúor precisamente porque su efectividad está respaldada por décadas de estudios científicos. La evidencia es contundente: las personas que usan regularmente pastas con flúor tienen un riesgo significativamente menor de desarrollar caries en comparación con quienes no lo hacen.

Cuándo es recomendable usar pasta sin flúor

Si bien el flúor es seguro y beneficioso en las cantidades adecuadas, hay situaciones en las que podría recomendarse evitarlo o reducir su uso:

    1. Niños menores de tres años: En la infancia temprana, los niños aún no han desarrollado el reflejo de escupir y pueden ingerir la pasta dental. Sin embargo, los odontólogos recomiendan que sí usen pasta con flúor, pero en una cantidad mínima: apenas un “raspón” sobre el cepillo o el equivalente a un grano de arroz.

  1. Personas con fluorosis dental severa: La fluorosis es una alteración en el esmalte que ocurre cuando se ha consumido flúor en exceso durante la formación de los dientes (generalmente en la infancia). En casos severos, un odontólogo podría sugerir una pasta sin flúor, aunque esto no es común.

  2. Personas con acceso a otras fuentes elevadas de flúor: En algunas regiones donde el agua potable tiene una concentración excesiva de flúor, un dentista podría recomendar reducir el uso de pastas fluoradas para evitar un exceso en la ingesta.

Sin embargo, salvo en estos casos puntuales, el uso de una pasta sin flúor no es recomendable para la mayoría de las personas. De hecho, muchas pastas dentales sin flúor se promocionan como opciones “naturales” o “libres de químicos”, pero en realidad no ofrecen la misma protección contra las caries.

El miedo al flúor: ¿mito o realidad?

Una de las razones por las que algunas personas desconfían del flúor es la existencia de información confusa en internet que lo vincula con efectos adversos en la salud. Se han difundido teorías que sugieren que el flúor podría afectar la función cerebral o estar relacionado con enfermedades, pero la realidad es que no hay evidencia científica sólida que respalde estas afirmaciones cuando el flúor se usa en niveles seguros, como los que se encuentran en la pasta dental.

El problema surge cuando se confunden las dosis: en concentraciones extremadamente altas, el flúor puede ser tóxico, como cualquier otro mineral o sustancia, incluso el agua. Pero la cantidad presente en la pasta dental y en el agua potable fluorada está cuidadosamente regulada para garantizar sus beneficios sin representar un riesgo.

En la infancia, la clave está en la cantidad

El flúor es fundamental para prevenir las caries desde la infancia, pero es importante que los padres supervisen el cepillado para evitar una ingesta excesiva. Para los niños entre 3 y 6 años, la recomendación es usar una cantidad del tamaño de una arveja y asegurarse de que escupan la pasta después del cepillado.

En Argentina, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) destaca que el uso de pasta dental con flúor es un método efectivo para prevenir la caries dental en niños. Según la SAP, después del cepillado con pasta fluorada, el flúor alcanza concentraciones máximas en la saliva y se mantiene en niveles bajos durante 2 a 6 horas, proporcionando un efecto anticaries significativo. 

¿Qué pasa si dejo de usar flúor?

Optar por una pasta sin flúor sin una razón médica justificada aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar caries. Aunque el cepillado mecánico es importante para eliminar la placa bacteriana, el flúor es la única sustancia con capacidad demostrada para fortalecer el esmalte y reducir la incidencia de caries de manera significativa.

Si lo que te preocupa es la composición de tu pasta dental, podés optar por versiones con ingredientes naturales que contengan flúor en su fórmula. Hay opciones en el mercado que combinan lo mejor de ambos mundos: protección eficaz y componentes de origen natural.

Un aliado indispensable

Lejos de ser un enemigo, el flúor es un aliado indispensable en la prevención de caries y en el fortalecimiento de los dientes. Su seguridad y eficacia están respaldadas por décadas de estudios científicos y la recomendación de expertos en odontología a nivel mundial.

Si bien existen casos específicos en los que puede ser aconsejable limitar su uso, para la gran mayoría de las personas, una pasta dental con flúor sigue siendo la mejor opción. Así que la próxima vez que estés frente a la góndola eligiendo tu pasta, recordá: un poco de flúor puede hacer una gran diferencia en tu salud bucal.